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6 de diciembre de 2014

Las diferencias entre las y los

Como sabes, Google funciona de forma que, cuando estás haciendo una búsqueda, a medida que vas escribiendo, te hace sugerencias.

Hoy he escrito 'las periodistas' y me he dejado llevar. No había acabado de escribir la palabra, cuando  me ha proporcionado estas sugerencias:
 Esas propuestas son una selección de las búsquedas más habituales. Digamos que Google tiende a pensar que los seres humanos somos muy parecidos y que lo que interesa a muchísimas personas puede también interesarnos. Y nos propone la búsqueda más habitual.
Por lo que parece, cuando ciertos ciudadanos buscan información sobre periodistas (mujeres), lo que más les interesa es su belleza; en general, españolas, del mundo y de información deportiva, en ese orden.

Entonces, me he pregutado qué pasaría si usaba el masculino. 
Y, por una vez, he tenido la impresión de que ser mujer y periodista y no sentirse incluida en el masculino genérico no era tan desfavorable como ser hombre. Mira:

28 de septiembre de 2014

La canastilla de la abuela

Fue el viernes cuando las redes sociales difundieron que Hipercor, de la cadena El Corte Inglés, había puesto a la venta ropas de bebe en colores azul y rosa. En los azules ponía 'Inteligente como papá' y en los rosas, 'Bonita como mamá'. Me deja como así. No sé, imagina que la azul le cae a una niña cuyo papá no es tan inteligente como mamá.
El caso es que los titulares han hablado de lemas machistas. Sin embargo, yo no creo que lo sean. En mi opinión son estereotipados -porque inciden en los anhelos sociales de que la mujer sea bella y el oso, inteligente- y son asimétricos porque da trato distinto a las ropas rosas y azules, destinadas respectivamente a niñas y a niños.
Por seguir imaginando, son ropas nada apropiadas para familias monoparentales. Vaya trauma para la niña o el niño que no conviva o haya perdido a uno de los dos. Si alguna vez lo tuvo. Imagina un niño que tiene dos madres o una niña con dos padres. Dicho de otra forma, que Hipercor parece haber sacado esas ropas de la canastilla de la abuela. O de la del abuelo.
No creo que sean lemas machistas, pero lo que sí sé es que esos mensajes repetidos machaconamente construyen una sociedad nada igualitaria.

18 de junio de 2013

Pérez-Reverte estimula mi creatividad, me llena de dudas

Así, de sopetón, traigo este párrafo entero de un artículo publicado por Arturo Pérez-Reverte en 2011:
Uno es el del amigo que hace una semana, al ceder el paso a una mujer -aquí sería inexacto decir a una señora- en la entrada a un edificio, encontró, para su sorpresa, que la individua no sólo se detuvo en seco, negándose a pasar primero, sino que además, airada, le escupió al rostro la palabra «machista». Así que imaginen la estupefacción de mi amigo, su cara de pardillo manteniendo la puerta abierta, sin saber qué hacer. Preguntándose si, en caso de tratarse de un hombre, a los que también cede el paso por simple reflejo de buena educación, lo llamarían «feminista». Con el agravante de que, ante la posibilidad de que el supuesto varón fuese homosexual -en tal caso, quizá debería pasar delante-, o la señora fuese lesbiana -quizá debería sostenerle ella la puerta a él-, habría debido adivinarlo, intuirlo o suponerlo antes de establecer si lo correcto era pasar primero o no. O de saber si en todo caso, con apresurarse para ir primero y cerrar la puerta en las narices del otro, fuera quien fuese, quedaría resuelto el dilema, trilema o tetralema, de modo satisfactorio para todos.
El artículo completo está publicado en su web.



No sé por dónde empezar. Por la fecha. Nada, que tenía la revista traspapelada y me la he encontrado esta semana.
La anécdota es inverosímil. Podemos creernos que un hombre cede el paso a una mujer; lo que se hace raro es que la mujer llame “machista” a ese hombre. Ahí y dan ganas de dejar de leer, pero interesa seguir. Desde que lo leí, tengo un runrún en la cabeza que no había sabido descifrar hasta ponerme a escribir. La anécdota es ramplona y y califica a quien la elige para su artículo semanal en una publicación que en 2011 tenía una difusión superior al millón y medio de ejemplares y, según el EGM, una audiencia cercana a los tres millones. Y él usa ese elevado púlpito, esa gran tribuna para chabacanerías y cotilleos de portería: que si le ha cedido el paso, ¡huy, no me digas!, y ella le ha llamado machista, como lo oyes.
Y aún no ha comenzado el desvarío. En ese punto, Pérez-Reverte cuenta que su amigo empezó a preguntarse si en caso de ser un hombre, “a los que también cede el paso por simple reflejo de buena educación, lo llamarían «feminista»”. A mí aquí se me viene a la cabeza un tráiler repleto de comentarios insultantes, pero me contendré. En su lugar vamos a ver qué ha pasado, cómo ha funcionado esa cabeza tan ilustrada que Pérez-Reverte atribuye a su amigo, aunque cabe suponer que él le acompaña en esos derroteros.
El planteamiento no es simple, sino simplista: Si una mujer le llama ‘machista por cederle el paso, un hombre le llamaría ‘feminista’. Es el juego de los contrarios practicado por un niño de 4 años: de hombre, mujer; de alto, bajo; de tonto, listo; de machista, feminista. Considerar antónimos machismo y feminismo es propio de quien ha reflexionado muy poco y nunca ha acudido al diccionario a comprobar los dos términos. Y es grave que Pérez-Reverte no lo haya hecho, porque es académico y alguna responsabilidad tendrá sobre el significado que la Academia atribuye a las palabras. Si aceptamos como antónimas palabras que no lo son, como machista y feminista, podemos aceptar otras. Por ejemplo, analfabeto y escritor.
A partir de aquí, Reverte se hace un lío. Confunde sexo con sexualidad, identidad sexual, buena educación, cortesía… Escribe: “…ante la posibilidad de que el supuesto varón fuese homosexual -en tal caso, quizá debería pasar delante-, o la señora fuese lesbiana -quizá debería sostenerle ella la puerta a él-…” (sic).
Francamente, es tan demencial que cuesta adivinar qué clase de mecanismo o de creencias se le han activado para mezclar la escena de dos personas ante una puerta cerrada con el hecho de ser lesbiana o gay. Eso de que un heterosexual deba ceder el paso a un homosexual, o de que una lesbiana deba dejar pasar a un heterosexual, me genera en el cerebro una interrogante de dimensiones astronómicas. Me deja muda.
 

11 de enero de 2013

Dos entrevistas en la radio

Con el tío Manuel, Manuel Vizarraga, vicepresidente del Consejo del Pueblo Gitano





Sobre periodismo:

               

12 de septiembre de 2012

Traseros y culetes

La información es de abril, pero acaba de caerme en las manos. Se trata de una pieza del XL Semanal que se titula '¿Qué fue del trasero perfecto?' y puedes leer aquí. Es fácil adivinar que se refiere al 'trasero' de una mujer, la parte de la anatomía femenina que más admiran aquellas personas que tienen un culo en el cerebro.
La información es un conjunto de maledicencias: Primero dice que el motivo por el que era "universalmente elogiada" era su trasero. Segundo, destaca por su "desatada ambición e incluso por haber descuidado su figura". Ha ganado dos kilos, por lo que parece.
Y el colofón. Es literal:  "Tras separarse del jugador de criquet Alex Loudon, Pippa habría empezado su relación con Percy en una fiesta en Nochevieja. Varios asistentes comentaron que la joven rondó toda la noche a Percy: «Parecía un tiburón acorralando a su presa. Lo había calculado todo»".
No se puede ser más maldiciente. Por si alguien se confunde, eso no es periodismo, es pura basura.
Por cierto, que palabra tan pija es 'trasero'. Cuando son niñas dicen 'culete'.

10 de septiembre de 2012

Ellos, la técnica; ellas, las emociones

La DGT ha divulgado hoy una nueva campaña sobre utilización de dispositivos para la seguridad de los niños en carretera.
La información suministrada a los periodistas consiste en un informe con muchos datos estadísticos y las claves de la campaña. Han preparado tres anuncios radiofónicos que, si no has oído ya, puedes buscar en este enlace. Para llegar a ellos, pincha sobre +info, abajo a la derecha; en la nueva pantalla, sobre radio y ahí encontrarás los tres.
El primero de ellos es genérico. El segundo apela a leyes físicas y el tercero es la narración de una pesadilla en la que muere el hijo. En fin. Lo de siempre. Quien habla de ciencia es un hombre (cuña 2) y la persona encargada de narrar la pesadilla y los sentimientos que produce es una mujer (cuña 3). Ellos, la técnica; ellas, las emociones.
Por cierto, el gerundio de 'dormir' es dUrmiendo, no dOrmiendo

6 de noviembre de 2011

Mamadou, Mohamed y Román buscan piso

Mamadou tiene 20 años, vive en la Casilla (Bilbao) y es calderero. Le gusta el rap, habla a menudo con su familia y no tiene pareja. Su mirada es limpia y, cuando algo le interesa, achina ligeramente los ojos. Por ejemplo, le causa sorpresa que en España las familias tengan pocos hijos. Es optimista. Llegó a España con 17 años. Desde Guinea. "Como fue colonia francesa, nos es más fácil llegar a Francia".
Román es de Bilbao, canta en un coro y tiene 31 años. Es dicharachero y el bullicio de Deusto -un viernes a esa hora en que todo el mundo queda a la salida del metro para hacer sus planes- se le hace familiar, pero lejano. "Ha cambiado mucho Bilbao".
Mohamed trabaja de hojalatero, tiene 20 años y sabe que sus padres nunca querrán venir a Bilbao. Es bereber, de Ouarzazate, al sur de Marraquech. No es el mayor de sus hermanos. Llegó a España escondido en un barco. "A veces, cuando puedo, mando dinero a mi familia".
Sos Racismo comprometió este viernes pasado, 4 de noviembre de 2011, a medio centenar de personas para comprobar si la raza tiene importancia a la hora de alquilar una vivienda. La raza es esa fantasía que nos permite clasificar a las personas por el tipo de tirita que usarían para taparse una herida.
Dividieron Bilbao por zonas, selecionaron agencias inmobiliarias y nos citaron en las inmediaciones para proceder al retrato.  En este caso, para que la muestra pueda ser homologable, los demandantes de vivienda deben tener características similares. Ver a Mamadou, Román y Mohamed juntos no chocaría a nadie. En Bilbao, chocar es sinónimo de causar extrañeza.

El recado era el siguiente. Debían ir a las inmobiliarias elegidas (al azar dentro de una zona) y preguntar por pisos en alquiler en Bilbao. Dos habitaciones, cocina, para compartir. Máximo 950€.

Solamente debían tomar buena nota de lo que les ofrecieran y responder a lo que les preguntaran: Por ejemplo, Mohamed: Soy hojalatero, gano 1.400€ , compartiré con un amigo, él gana 1.100.
Mamadou: Soy calderero, trabajo de recadista, gano 1.100.
Román: ...
Y efectivamente, los puntos suspensivos de Román pesaron más que la información, cierta, de Mamadou y Mohamed.
Quiero adelantar las expectativas y el titular. Cuando preguntamos a nuestros chicos qué creían que pasaría, tanto Mohamed como Mamadou se mostraron optimistas: No habría problemas, los tratarían como a cualquier ciudadano europeo. Ninglas.

Este viernes, las inmobiliarias visitadas disponían de la siguiente oferta:
Para los jóvenes con apariencia de bilbainos, 105 pisos de dos habitaciones y alrededor de 900 €.
Para los negros subsaharianos, 23 pisos de idénticas condiciones.
Para los magrebíes, 22 viviendas como las anteriores.

Nuestros chicos africanos pierden por 22/23 a 105.

O sea, si no se es lo suficientemente blanco como para usar tiritas blancas, la oferta de vivienda se reduce al 20,95% para un magrebí por el hecho de aparentarlo y a un 21,9% por el hecho de tener la piel negra. Y ese joven varón con pinta de bilbaíno tiene un 477% más de posibilidades de obtener una vivienda en alquiler.

O sea, o las inmobiliarias bilbainas están regentadas por personitas que organizan su oferta en función del aspecto (ligado a la raza) o están regentadas por personitas que se someten a las condiciones racistas de su clientela, los propietarios de casas para alquilar.

Pero, ojo... Para el agente inmobiliario, es tan cliente quien pone su piso en alquiler como quien desea alquilarlo. Es decir, Mamadou, Mohamed y Román no son postulantes, sino clientes. Y, en caso de cerrar el trato, proporcionan a la agencia, a esa personita racista o sumisa al racismo, los mismos ingresos.
¿Por qué ese agente cree que debe servir al propietario en lugar de a quien da sentido al hecho de poseer una propiedad?

Ayer, cuando participé como testigo moral en esta experiencia, no tenía las cosas tan claras como hoy.
Nuestros jóvenes amigos, al comenzar, eran optimistas. Yo quería serlo. Tenía mis reservas.
Como detalle, diré que a Román le escucharon, mientras que a M., en un agencia, le pararon los pies en la misma puerta. Ni asiento tenían para escucharle. A Román le dieron por supuesta la nómina. A M. le propusieron demostrarla. M. y M., como R., son ciudadanos, clientes de inmobiliarias. Pensar que son distintos entre sí, pensar que el dueño del piso es más que ellos es un desatino.

Mamadou se extraña de que yo tenga un solo hijo. Se extraña, también,  de esta sociedad que no aprecia los hijos. "En mi país, tenemos muchos".

Según el test, debe acudir a la última inmobiliaria, a ver qué pasa. En el mismo sitio, a Román, tan bilbaino, le han dicho que tienen un piso, de dos habitaciones y precio accesible. Mamadou viene radiante. Vive en La Casilla, con una familia también guineana: "Me lo han  ofrecido. Ya tengo piso".

-Oye, Mamadou --le digo. ¿Tendrás hijos?
Me hace un gesto con los dedos de la mano: tres.
-¿Y elegirás esposa?
-¿Tienes algo que ofrecerme?

Se va.

15 de febrero de 2011

Ellos carácter, ellas mal genio

"Tengo genio y carácter muy fuerte. Me cabreo de tanto en tanto, pero no me parece malo. Si los hombres pegan dos gritos, tienen carácter. Si lo hacemos las mujeres, es que tenemos mal genio".

Curri Valenzuela. Entrevista publicada en XL Semanal el 28 de noviembre de 2010.

18 de diciembre de 2010

Disección de 'Fueron los celos'

Así se difunde la especie, así se afianzan las creencias.
Ésta, 'Fueron los celos', es una canción de 'La unión'. Pertenece a un disco, 'Tentación', de 1990.



En 2008 aún está en su repertorio, como puede verse en este concierto de Barcelona. De modo que llevan veinte años con la matraca.

Vamos a ver qué dice (La letra se puede encontrar aquí). Y dice cosas como "No era yo el que maldecía", "Perdí el control", "Soy culpable de amar", "Mi mente se nubló", "Fueron los celos", "Me perdió el orgullo", "Siempre hago igual", "Con las cosas que más quiero soy tenaz", "Solo pretendía guardar algo de mi posesión", "Perdona si mis palabras te han hecho llorar".

A mí me parece que estoy oyendo a un maltratador, y veo el vídeo de arriba y, efectivamente, hay un maltratador que casi impide a Judith Mascó, la modelo, que haga lo que quiere, que es irse. Todo eso regadito con alcohol y con gestos violentos como el de romper el vaso. Para no dejarse nada.

Es una canción que reproduce los tópicos sobre los cuales se sustenta la agresión: La mujer es de su propiedad, quiere conservarla, él ama así, haciendo daño con las palabras, desconfiando y dejándose llevar por los celos, perdió el control, no era él, era la bestia parda que todo hombre lleva dentro, porque el hombre es orgulloso y él es un hombre, él es tenaz y cuando quiere algo lo consigue: "Me vas a decir tú a mí que me dejas, que no quieres seguir conmigo, eso ya se verá".

Y lo que pasa es que esa bestia parda que el hombre (por antonomasia) lleva dentro solamente sale en presencia de una mujer. De esa que es "su posesión".

Le he hecho la disección al tema, pero me gustaría haberle hecho la autopsia.

16 de mayo de 2010

Los pederastas son miopes

Te traigo un anuncio sobre las prevenciones que se deben tener con los hijos e Internet. De todos los estereotipos que rescata, el que me llama la atención es el del pederasta. ¿Por qué debemos pensar que un pederasta es un tipo miope, melifluo, encorvado, asqueroso? ¿Por qué la asquerosidad del paidófilo debe reflejarse es su aspecto físico? ¿No los hay MUY MUY atractivos que son capaces de enamorar a mujeres con hijas e hijos menores?
Son mayoritariamente hombres. A veces, homosexuales.
Va el anuncio.

14 de abril de 2010

Kunta Kinte, acusado de esclavitud


Kunta Kinte, acusado de esclavitud

Estoy un poco confundida. Parece haber un consenso total en contra de la figura de Bibiana Aído y un acuerdo en tergiversar cualquier iniciativa que proponga. Me ha dado por pensar que la razón es que Zapatero confiaba tan poco en el proyecto de un Ministerio de Igualdad que, a propósito, puso al frente de él a una mujer joven, desconocida, nada apreciada; aunque acaso una mujer de carácter, más madura, con pedigrí, habría logrado mejor el objetivo de dinamitar cuantos resortes de transmisión de la desigualdad sufrimos en nuestra sociedad.
Una política con espuelas, como María Teresa Fernández de la Vega, no habría sido objeto de tanto ataque como Aído. ¿O sí? Pero el planteamiento es falaz porque lo fundamental no es que la igualdad se presente con voz joven o experimentada, sino que debe presentarse y que, cuando se hace, salen los aullidos machistas para acallarla. Y la forma que adoptan es la caricatura. Todo cuanto emprende la ministra es presentado en la sociedad, y en los medios, como objeto de guasa. Sin embargo, la igualdad no es un objetivo que debamos lograr, sino un principio constitucional. Es decir, no es la meta, sino la salida.
La semana pasada, les tocó el turno a los cuentos infantiles. La noticia se presentó en algunos medios como un ataque a la tradición cultural, acompañado por titulares con más ingredientes para sonrojar a sus autores que a la ministra: Se vino a decir que Blancanieves y Cenicienta había sido acusadas de sexistas.
Pues sí. Esos cuentos, que se narran a niños y niñas a edades muy tempranas, presentan a la mujer como una fregona, maltratada por sus hermanastras -esto es, por otras mujeres-, que finalmente es redimida por un hombre: el príncipe azul, la personificación del amor romántico. Para identificarse ante él, Cenicienta debe rivalizar con sus hermanastras, que tienen aspiraciones de ser esposas aunque no sean amadas, y son capaces de estrangularse los pies en zapatos estrechísimos para hacerse pasar por esa dulce fregona que ha encandilado al elegante príncipe. Ésa es Cenicienta, sucia pero honesta. Y cumplidora: si no llega a casa a la hora exigida, su carroza se transforma en calabaza. Sumisa, obediente. Una chica de su tiempo, pero no de todos los tiempos, no del siglo XXI. El hecho de que las cenizas de carbón y leña que dan origen a su nombre hayan desaparecido hace 50 años de los hogares no es razón para deslegitimar el cuento.
Blancanieves es la criada de siete hombres enanos, muy diligente ella, a quien su madrastra ha confinado en la caverna porque teme su belleza. Finalmente, el príncipe topa con ella, la besa y la redime.
No es necesario ser feminista, ni siquiera muy avispado, para entender que la imagen que se da de hombres y mujeres en esos cuentos no es neutra: ellos mandan, ellos salvan, ellos redimen, ellos son el objeto de deseo; ellas sirven, ellas limpian, ellas rivalizan por la belleza y compiten por el marido. Aunque ni lo conozcan, ni lo amen. Ni las conozca ni las ame.
¿De verdad cree alguien que ese planteamiento es igualitario?¿Puede sostener alguien que esos cuentos no albergan planteamientos muy asimétricos en el trato de mujeres y hombres? ¿Es posible pensar que esas narraciones son inocuas, que no dejan un poso? ¿Y que, además, ese poso se asienta a una edad de extraordinaria vulnerabilidad, en la infancia?
Volvamos a los titulares: «Cenicienta y Blancanieves, acusadas de sexismo». Ese título parece, con perdón, obra de alguien que cree que el sexismo de los tiempos de Perrault no es revisable sino reivindicable: Las cosas eran así y así se las contábamos a los niños, para prevenirles. Pero hoy, cerca de cuatro siglos después, sabemos que no se debe presentar a las mujeres como acusadas, porque no son ellas las culpables de la desigualdad, son las víctimas.
Es sorprendente que las sociedades democráticas estén más preparadas para revisar y reeditar sus leyes que los relatos infantiles. En el XIX se aceptaba y practicaba la esclavitud. Hoy nadie toleraría una novela o película que hablara de esa infausta época dando por bueno que los negros -y las negras, con perdón- puedan ser comprados, usados, humillados, azotados. Las películas que se han internado en esas miserias reflejan a los tratantes de personas como lo que son: escoria humana, afortunadamente superada. ¿Cree alguien que toleraríamos hoy que se nos presentara al tratante como el redentor de los esclavos negros? ¿De verdad?
¿Se aceptaría con naturalidad y mofa un titular tipo 'Kunta Kinte, acusado de esclavitud'? El mandinga protagonista de 'Raíces', que fue robado de su hogar en algún lugar del oeste de África y murió a principios del XIX, se revolvería en su tumba. Vendría a este tiempo de dos siglos después y quizá solamente Aído entendería su desconsuelo.

Publicado en El Correo, 14/04/10.

La ilustración es de Jesús Ferrero.

23 de octubre de 2009

¿Sobra alguno?

Yo os animo a pensar si alguno de estos elementos está de sobra. Y a que argumentéis las razones.
Si las hay.

Por cierto, la serie de dibujos la vi hace unos días en Microsiervos.

13 de octubre de 2009

Ralph Lauren adelgaza aún más la cintura de una de sus modelos

La foto es extraordinariamente repulsiva. Que me digan a mí qué tienen esa cintura, esos brazos, esas piernas de atractivo. Y además es dañina. La anorexia no debe nunca ser un modelo. Aún no parecen haberlo aprendido, al menos los de Ralph Lauren. Y no conformes con seleccionar a modelos que milagrosamente consiguen que se las vea de perfil, retocan cinturas para hacerlas aún más invisibles.
Lo peor de todo es que, si buscamos otras fotos de Filippa Hamilton, no parece tener mucha más masa muscular.

Se cuenta aquí.

10 de septiembre de 2009

Un giro feminista en la mirada: De Lekeitio a Pozuleo

Ritxar Bacete es, además de amigo mío, miembro de 'Hombres por la igualdad', un colectivo nuevo y revolucionario que se esfuerza en mirar con perspectiva de género. En el caso de las mujeres, carece de mérito, pero él es pionero entre los hombres.
Le he invitado a que escriba para la 'Sala de invitados'.

Para la antropología aplicada, siempre me han apasionado los y las alienígenas, fundamentalmente por la capacidad de extrañarse que puede tener alguien que viene de muy lejos y que no tiene por costumbre normalizar la insolencia bruta que supone siempre la violencia. Imaginemos por un momento que un equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Venus hubiera coincidido (casualidades del cosmos) realizando un estudio comparativo entre los usos y costumbres de las gentes de Pozuelo de Alarcón y Lekeitio. Pongamos que coincidieran realizando su trabajo de campo la noche de los altercados. Se habrían encontrado con jóvenes detenidos, violencia, heridos, ataques a la policía, destrozos, insultos de fuerte contenido sexista, cargas policiales, contenedores ardiendo… No lo tendrían fácil para elaborar una teoría que explicase lo ocurrido. Realizando un concienzudo análisis de las opiniones y teorías manejadas por especialistas terrícolas (de la calle, la academia o la política) se encontrarían con que los gemelos alardes de violencia Lekeitio-Alarcón, habrían estado motivados por el exceso de ingesta de alcohol, el “clima” político (que no la meteorología), el exceso de bienestar de los jóvenes, la rebeldía frente al orden establecido, la falta de límites en la educación, la crisis, el paro, la conculcación del derecho al ocio botellonero…Tras analizar todo esto, a una de las investigadoras venusinas se le ocurriría entonces preguntar: ¿Cuántas mujeres fueron detenidas? ¿Cuántas protagonizaron los actos de violencia? ¿Por qué son los hombres la inmensa mayoría de las personas que tanto en Euskadi como en Madrid son protagonistas de actos violentos? ¿Por qué más del 90% de las personas condenadas por la comisión de delitos son hombres? Y la mayor sorpresa llegaría cuando se preguntasen: ¿Son las mujeres también terrícolas?

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Permítanme esta pequeña licencia para señalar lo obvio y proponer un giro feminista a nuestra mirada. No cabe duda de que entender y tratar de explicar cualquier fenómeno social entraña una gran complejidad y que no son amigas de lo bueno las simplificaciones. Pero la negación, ocultación o invisibilización sistemática de que en la construcción de las identidades masculinas en nuestra sociedad sigue perviviendo la legitimación masculina de la violencia, me da que pensar y me genera desasosiego. Aunque lo entiendo, ya que la deslegitimación de la violencia a todos los niveles, supone poner el dedo en la llaga, vendría a suponer el cuestionamiento de la extraña, tóxica e invisible raíz patriarcal en la que se sigue sustentando nuestra realidad, tanto en el ámbito público como en la esfera más personal. Todo acto de violencia, hasta el que se ejerce por los más nobles motivos, precisa de un discurso legitimador: “La policía cargó”, “Estoy deprimido”, “Había bebido”, “Los jóvenes atacaron primero”, “No hay futuro”, “Hace falta más mano dura”. Y se me ocurre que, quizás el mejor antídoto a favor de las relaciones pacíficas, reivindicativas y cuidadoras entre las personas, no sea tanto la pragmática gandhiana, como las teorías y prácticas feministas, que tras dos siglos de lucha han transformado el mundo, haciéndolo mejor, sin quemar contenedores para el reciclado de materiales o derramar una sola gota de sangre.

Muchas gracias, Ritxar.

La foto la he pillado por la red.

6 de septiembre de 2009

El País baila la yenka

Esta semana contaba aquí que El País había publicado unas fotos vergonzosas.

Al leer el artículo de hoy de Milagros Pérez Oliva, he vuelto a sentir lo de siempre. Pérez Oliva no defiende a los lectores, sino que defiende a su diario de aquellos lectores críticos que lo ponen contra las cuerdas y le recuerdan que es un diario de referencia, no solamente en España, también en Europa. Se mueven los límites, dice, defiende de forma muy favorable las decisiones de su empresa, y tacha de vago e interpretable el 'Libro de estilo' (que es el documento en el que el diario se compromete ante sus lectores y por eso es un libro que no solamente se usa en la redacción sino que lo venden en las librerías. Es decir, el libro de estilo es un contrato con los lectores).
Asegura que el problema es que las fotos salieron en una edición local (la catalana), cuando es incierto porque estaban en el digital. Se olvida (con una amnesia que le es muy favorable) de que el digital las tiene aún hoy a disposición de quien quiera verlas. Justifica los medios por el fin, cuando desde el siglo XVII sabemos que no, que el fin no justifica los medios, y que quienes se aferran a objetivos que pasan por encima de las personas, pisoteándolas, suelen tener intenciones inconfesables, y en este caso bastardas. El País quiere vender, y le da lo mismo que el precio sea la dignidad de las mujeres fotografiadas y de quienes como ellas están abocadas a la prostitución, a veces en condiciones de esclavitud.
A mí no me convence la defensora del diario El País. Es más, me inquieta que ya ni siquiera haya en ese diario una persona que le diga a la dirección del medio que sus lectores le piden que reflexione, que se pare antes de tomar determinadas decisiones, que se acuerde de lo que era. ¿O es que el digital de El País no es El País ni pertenece a la misma empresa ni tienen cuentas comunes?
Me eriza la piel pensar que yo me he construido como persona leyendo El País, que buena parte de lo que soy lo soy porque he formado mi concepción del mundo leyendo ese diario, que me ha mostrado el mundo en grande y sus pequeños mundos, porque ese universo que me mostraban ha moldeado el mío.
Y ahora, como a tantos, nos deja huérfanos, porque hay que vender. A cualquier precio. Se mueven los límites, dice Pérez Oliva. Claro, como en la yenka.
Os dejo ahí el baile.

Y para quienes no tengan paciencia de ver el vídeo, diré que el estribillo de la yenka es "Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres".

24 de agosto de 2009

De cien a diez



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Selecciono algunas de las ventajas de ser hombre según esta web. Han quedado diez pero no era mi intención. Sencillamente, he seleccionado las que me parecen casi indiscutibles. Pero todo es discutible, claro. Sobre todo, entre gente tan civilizada y amable como la que acude a este foro.

7.- Las colas del baño son un 80% menores.
9.- En las peluquerías no te roban.
11.- Tu culo no es un factor en entrevistas de trabajo.
17.- Puedes salir solo en la noche sin el sentimiento de ser acosado.
26.- El mundo está pensado por y para ti.
38.- Puedes escribir tu nombre en la nieve (meando).
42.- Puedes ser presidente.
69.- Mismo trabajo... más paga.
70.- El pelo gris y las arrugas quedan sabias, hasta sexis.
95.- Las películas porno están diseñadas para ti.

Y ahora, las ventajas de ser mujer. De aquí.

2. La esperanza de vida es mayor.
22. Si eres pequeña, no pasa nada.
48. Si vas a bailar, puedes hacerlo con tus amigas.
52. De cada 5 cárceles, 4 son para hombres.
72. No te importa si tu marido gana más que tú.
En la imagen, otros dos estereotipos. De aquí.

22 de agosto de 2009

Todos ganamos


"Lo que decimos a los hombres en nuestros talleres es que no es verdad que con la igualdad las mujeres ganan y los hombres pierden. Al contrario, todos ganamos: en salud, justicia, inteligencia emocional, paternidad, relaciones de pareja… Nuestro enemigo común es el machismo”.

Antonio García, portavoz de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género. Publicado en Mujer hoy, 22 de agosto de 2009. Pág. 17.

Antonio García es el de la izquierda y la foto es del blog de AHIGE.