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24 de junio de 2011

Sobre la importancia de la firma

La firma del autor es muy importante en los medios
Porque identifica al redactor y avala cuanto puede leerse bajo su firma. El periodista, en cada información que suscribe, establece un contrato con sus lectores, o audiencias, en el sentido de que se compromete a que las informaciones son ciertas. Cuando esa firma desaparece, se disipa la responsabilidad, que inmediatamente recae en el medio. Y en caso de problemas ante terceros, respondería el director o quien él identificara como responsable.
Además, privar de firma a una información es privarla de estilo, de ese afán por pulir, por no dejar un cabo suelto, por elegir la palabra precisa, el verbo perfecto, el dato impecable.
Un diario sin nombres es un diario ramplón,  sin fuentes propias, sin primicias ni exclusivas. Ningún periodista dejará el resto por un texto que no le compromete, que podría hacer cualquiera.
Lo que distingue a los grandes medios, a los potentes, es precisamente que sus noticias, por exclusivas, son imprescindibles para ese sector de la ciudadanía que desea estar bien nutrido informativa e intelectualmente. La información es poder, y vale, y cuesta. Y se debe pagar por ella. Y deben pagar tanto las empresas que la suministran como quienes la necesitan.
La gran diferencia entre un diario gratuito y uno de pago es que el lector del gratuito no puede  pretender que le den informaciones exclusivas ni exigir por ello. Aunque sí debe exigir que cuanto lea sea riguroso y cierto.

Privar de la firma al medio es privarlo de todo lo anterior. Y esa es la estrategia que han seguido los compañeros de El País para luchar contra las medidas que pretende imponerles su empresa: Por ejemplo, la reducción de su salario a 18.000 euros brutos al año. Como si fueran principiantes, como si Prisa no hubiera obtenidos beneficios, como si sus jefes ganaran la misma miseria. Se puede leer aquí.

Como si El País no necesitara de firmas, de sus firmas.

La de arriba es la de Edgar Allan Poe.

28 de septiembre de 2010

No es un chiste

En plena calle, un periodista entrevista a un hombre de unos setenta años: Se expresa así: "Soy hijo de exiliados. Hasta los 11 años no pude volver a España por culpa de Franco. A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarlo. Mi madre estuvo muchos años en silla de ruedas. Ahora tengo 70 años. Hace unos meses me sacaron el 30 % de un pulmón. Mi mujer es inmigrante. Hemos tenido tres hijos. De los tres, sólo trabaja una, la del medio. Pero no cobra. Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación. La mayor se acaba de divorciar. Mi yerno se daba a las drogas y al alcohol y la ha dejado con dos niños. El pequeño de mis hijos aún no se ha ido de casa y, además, se ha casado con una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros. Esa señora antes trabajaba, tenía muy buen puesto pero, desde que vino a casa, no hace nada. Ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo. Para colmo, este año, con lo de la crisis, casi no nos hemos ido de vacaciones. Si me apuras... ni he podido celebrar que España ha ganado el Mundial".

El periodista pone los ojos en blanco y dice: “Majestad, no creo que su situación sea tan mala".

Hasta ahí, el chiste.
Magis Iglesias aprovecha para dar una lección. Dice:

"Normalmente, nada es lo que parece. Cuando nos acercamos a una historia con prejuicios, obtenemos un resultado erróneo y una conclusión equivocada. No basta con la mera sucesión de datos --con ser ciertos-- para disponer de la información correcta. La mano del periodista es imprescindible para aportar el contexto, una buena explicación, la intención y el significado de los datos objetivos. Es decir, el valor añadido que aporta el periodismo riguroso y de calidad siempre será necesario para garantizar la buena información, o sea, la libertad de los ciudadanos. He dicho".
Y ojalá diga más y más a menudo.

5 de septiembre de 2009

Aranalde, segunda parte


Éstas son las fotos que el diario El Correo ha utilizado para dar una importante exclusiva: Jokin Aranalde, padre de Maite Aranalde, también se fugó de la justicia, como su hija, pero 7 años antes. Lo cuenta O. B. O. aquí. Ambos son etarras. Si fueran presuntos, no se habrían dado el piro.

Cosas que me llaman la atención:
1.- Una compañera de RNE ha dado la noticia en el informativo de las 14 horas como si el hecho se hubiera sabido en una rueda de prensa. Es decir, sin reconocer que la noticia era exclusiva de un diario, y fruto del trabajo de un profesional.

2.-Esa foto de la mesa representa mucho. Lleva este pie de foto: "Ainhoa Ozaeta, Arnaldo Otegi y Jokin Aranalde, en una rueda de prensa celebrada en 2002". ¿Quién es comparsa y quién manda?


3.-El padre se fue en 2002 y de nada ha servido en esa familia el sufrimiento de su pérdida o alejamiento. Ella ha seguido su senda.

4.-Ella tiene cara de persona bondadosa. El padre, en esa foto, parece albergar el secreto de la felicidad.

Acaso haya personas a las que matar, o colaborar con ello, les proporcione felicidad.