Hace 7 años
12 de agosto de 2010
De cómo enseñar el plumero
Leo este artículo de Arcadi Espada y me echo a temblar. No entiendo cómo se puede acumular tanta inquina. Si no pienso en esa rabia, no consigo entender por qué convierte Espada un problema tan delicado como la violencia de género en arena para sus lides.
Sigo juzgando: Además, no creo que la antipatía se la produzca Lorente, o no creo que se la produjera si no fuera el delegado del Ministerio de Igualdad, que es lo que de verdad le pone de los nervios a Espada. Bueno, el Ministerio y Aído.
Le tenía yo por periodista riguroso y exigente con los demás, que es evidente, pero también consigo mismo; y me sorprende con un artículo aparentemente documentado en el que se justifica porque los datos estadísticos obtenidos (no cita fuente) son de 2006. Y escribe: "No es que las cifras españolas en relación al crimen de pareja estén por debajo de las finlandesas, francesas, inglesas, italianas, o húngaras. Es que sólo en Eslovenia, Dinamarca, Andorra, Malta, Islandia y Liechtenstein hay menos crimen de pareja que en España". No se para a pensar que si los datos estadísticos del Ministerio dan en España cifras superiores a esos países no es porque las campañas de Aído y Lorente estén fracasando sino porque España se comprometió en 2004 con la ley integral de violencia de género a luchar contra ese problema y a inventariar con rigor cada nueva muerte. Ese compromiso no solo no lo han adquirido en esos países que cita sino que en algunos de ellos siguen enmascarando la violencia de género bajo la etiqueta 'Crimen de honor'.
El Ministerio de Igualdad es el órgano del Gobierno que cuestiona y está llamado a subvertir estructuras patriarcales, que cuestiona el poder del hombre sobre la mujer. Eso no gusta a muchos hombres. Y aunque ellos no lo sepan, poner constantemente en solfa al Ministerio y a sus responsables es una muestra inequívoca de machismo (posmachismo).
Las biznagas de la foto van por esas mujeres (3, 4) que han sido sentenciadas este agosto por sus parejas aunque Espada lo considere una superstición o anecdato.
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1 comentario:
Arcadi Espada me pone enferma. Leer el término "crímenes de pareja" me pone enferma. Cuestionar la universalidad de la violencia de género, sugiriendo alégremente que la realidad muestra que los "crímenes de pareja" tienen clase (obrera) y raza (no blanca) me parece ya el colmo de la falta de conocimiento sobre cómo opera la violencia sobre las mujeres. En fin, no sigo porque me sale una úlcera.
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