Si hacemos una búsqueda literal en Google de "lacra de la violencia de género", aparece 67.400 veces; si lo cambiamos por 'violencia machista', se suman 32.000 más. De modo que estamos en que unos 100.000 sitios hablan de la violencia de género como una lacra. No digo ya si sumamos la cantidad de veces que lo podemos oír en radios y televisiones.
Y veamos, ¿qué es lacra?
Según el DRAE, en primera acepción es "Secuela o señal de una enfermedad o achaque". Es decir, es la lesión o marca que queda como consecuencia de una enfermedad o indisposición. No encaja, porque la violencia de género no es consecuencia de una enfermedad que sufra el hombre.
En su segunda acepción, 'Vicio físico o moral que marca a quien lo tiene'. De nuevo es una marca de un defecto bien físico bien moral.
En ambas acepciones vemos que lacra es algo que afecta a quien lo sufre, bien la enfermedad, bien el vicio. No marca a otros. Digamos que es algo que quien lo tiene debe arrostrar, sin que haya más víctimas, sin presencia de terceros.
Sin embargo, el maltratador ejerce la violencia de forma consciente y deliberada sobre su víctima, su esposa, compañera o ex. Es una forma de ejercer poder sobre ella, de someterla. Además, en nuestro país es un delito. Es decir, no es una lacra.
Hace 7 años
5 comentarios:
La verdad es que es increíble como quitan hierro al asunto, por no hablar del bombo que están dando a ciertos casos que, al parecer, han resultado no ser ciertos. Es muy curioso también cuando hablan de "crimenes pasionales"... Quiero pensar que son errores sin ninguna mala intención...
Es tarea del periodismo desvelar lo que esconden las palabras, Andrea.
Totalmente de acuerdo a ver si dentro de poco no existe el día contra el maltrato porque no hay nada sobre lo que protestar.
Un saludo de quienes hoy empezamos a blogear http://algomasqueseries.wordpress.com/
Muy bueno, Lucía. No lo había pensado. Sí, el término "lacra" hace pensar en una desgracia que nos ha tocado. No apela a la responsabilidad propia ni a la ajena. Muy bueno, repito.
Gracias. Y a quienes empiezan a bloguear: que os soplen buenos vientos.
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