15 de noviembre de 2010

Él no lee sus novelas, pero tienen proyectos comunes



El consorte de...
Toti Martínez de Lezea, Alberto Albaizar


"No he leído las novelas de Toti"

Viven en un caserío repleto de objetos: figuras de trajes antiguos moldeados por la abuela, piedras de colección, aperos de campo, cajas, budas, pinturas… «¿Ves ese cuadro? Un día volví y me lo encontré colgado. Es para pedir el divorcio», dice ella. Dos perros salen al encuentro de quien llega: «Ésta es 'la Cuca' y éste es 'Chipi'. Lo traje yo porque estaba segura de que él cogería uno de la perrera. Ya le dije, como traigas un perro, me voy de casa», dice ella. «Está fuera, construyendo una casita para la nieta». Ella es Toti Martínez de Lezea, escritora de éxito. Él, Alberto Albaizar (Bilbao, 1941), su marido desde 1971.
- ¿Dónde se casaron?
- En Estíbaliz, en Vitoria. Después me la llevé al norte de Francia, donde yo vivía porque era director técnico de una fábrica.
-¿Cuál ha sido su profesión?
- Ingeniero industrial.
- ¿Trabaja más ahora que está jubilado?
- Yo creo que sí. Nunca lo he visto como un castigo, está muy asociado a la vida y he disfrutado siempre.
- ¿Qué hace?
- Me dedico al mantenimiento de la casa, doy apoyo administrativo a mi mujer… Le llevo las cuentas y el control de lo que produce y tengo un inventario de todo lo que sale de ella, lo que publica, las conferencias que da… Eso puede parecer una tontería, pero en su caso son 64 volúmenes de 120 páginas de fundas de plástico para poder tener la documentación por las dos caras. Tengo material para rellenar dos más.
- ¿Eso es de lo que se publica de ella?
- Sí. Todo lo que sale que tiene que ver con ella…
Sube al piso superior y vuelve con uno de los volúmenes de recortes de prensa y folletos de conferencias.
- Lo tengo ordenado por fechas. Éste es el 36. Hasta el número 15 los tengo con índice del contenido, pero no tengo tiempo para todo. También guardo cartas que le mandan algunos admiradores.
- ¿Qué tiene?, ¿una alerta en Google?
- Ella sabe en qué blogs y webs sale, y yo los imprimo. Parece una tontería, pero es un gran volumen de trabajo. Una vez ordenado informáticamente, permite hacer estudios.
- ¿Cómo?
- Por experiencia profesional, sé que un dato aislado no dice nada, pero un montón hacen un cuadro.
- ¿Qué dicen los suyos?
- Cómo la trata de prensa, quién la invita a dar conferencias… Ella no pone anuncios para dar charlas, no busca, la llaman.
- ¿Y cómo la trata la prensa?
- Por lo general, muy bien. Son contadas las veces en que le hacen mala crítica. Alguno tiene que haber. Nunca dan una explicación y si lo hacen están perdidos. Ya sucedió con un catedrático de Historia. Toti no le pidió que se desdijera, pero ella, con gran conocimiento del tema, le dijo que no lo había entendido bien y cuáles eran sus fuentes bibliográficas. Han acabado siendo amigos. No se puede esperar ser bien recibido en todas partes.
- ¿Cuándo empezó a recopilar las noticias sobre su esposa?
- El mismo día que empezó a salir. Se ve muy bien la trayectoria, porque el primer libro de recortes duró como dos años y ahora cada año hago unos siete volúmenes..
- ¿De quién fue la idea?
- Esto a Toti no se le ocurre. Fue mía.
Una memoria «fabulosa»
- Empezó a escribir hace 12 años. ¿Le comentó algo?
- Ella es una gran lectora. Yo me enteré de esto cuando nos casamos, que nos quedamos embarazados muy pronto… Yo tenía entonces 30 años y me parecía que iba a ser abuelo, ahora mi hijo tiene 35 y no sabemos cuándo se casará. Le compraba libros de historia en papel biblia y, a los pocos días, iba por la mitad. ¡Esta mujer es una ruina!, pero tú ¿lees o qué haces? 'Pregúntame', me dijo. Hice alguna prueba y ya no volví a hacer más. ¡Tiene una cabeza...! ¡Tiene una estantería ahí dentro! Y una memoria fabulosa. Una cosa que es preciosa es viajar con ella.
- ¿Eso?
- Si es una zona que conoce, por eso, y si no, se la prepara y se aprende la vida y milagros de quienes han vivido allí, sus casas, palacios, iglesias…
- ¿Cómo empezó a escribir?
- Andábamos en cosas de teatro y televisión. Escribía 12 páginas al día de guión para ETB. Una noche, hicimos una cena, había un editor y Toti planteó que le gustaría escribir un libro o una novela. El editor le dijo que ella podía con cuentitos y guiones, pero no era capaz de escribir algo mayor. Ella se picó, porque es muy de picarse, y como tenía la gran ventaja de que había leído tropecientas novelas en inglés, francés, alemán, castellano… Con esa ilusión y pensando que no había novela histórica del país lo intentó.
- ¿Pero le consultó?
- ¡Que va! Ella hace lo que le da la gana y yo también, y cuando hace falta nos apoyamos. Éste..., el que escribió 'Don Juan'…
Responde Toti desde una atalaya en la que se ha instalado para observar: «¿Tenorio?, ¿Castaneda?».
- Castaneda escribió un librito en el que iba tocando tópicos. Decía, 'Amor/amistad' y le dedicaba dos páginas. Para que la relación entre dos personas funcione, debe existir un proyecto que unas veces lidera uno y otras veces otro, o los dos. Uno lidera y el otro apoya. Nosotros trabajamos en proyectos diversos. El proyecto de una familia empieza por la casa y después se queda en los hijos. Nosotros hemos tenido proyectos de los dos siempre.
- ¿Le sorprendió que triunfara?
- Es una mujer que, cuando se mete en algo, tiene éxito, porque como lo suele hacer en serio… Nos gusta saber de las cosas que conocemos y ella eligió un ámbito en el que no había nada. Acertó. Cuando presentó la primera novela, en Vitoria, no había ni cuatro. Yo tampoco estaba. Pero tuvo buena acogida. Luego, Toti es una gran cuentista, la charla es lo que mejor se le da, no puede dejar de hablar…
- ¿Le molesta la presencia de periodistas en esta casa?
- No, yo no suelo estar. Hago el fuego o, si hace falta, preparo un café.
- ¿Tiene manías escribiendo?
- Escribe cuando le dejamos, cuando está tranquila, por la tarde, hasta que se cae de sueño.
- ¿Le pide opinión?
- Alguna vez, hace muchos años. Si hay cosas de vegetales o de la luna, me pregunta y si no me lo sé, lo miro.
Habla ella: «Pregúntale, ¿has leído alguna novela de Toti?».
- No, no he leído ninguna. No leo novelas.

La foto es de Ignacio Pérez.

Publicado en El Correo, 14/11/10.

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