20 de agosto de 2010

Dos problemas y un recuerdo

Antes teníamos un problema. Ahora tenemos dos, o más.
Lo de arriba es el cartel que el Sindicato Unificado de Policía ha elegido para colaborar a mejorar la imagen de las policías denunciadas por maltrato en Melilla. Lo han colgado en su página: aquí.
Esta otra es la que pretenden contrarrestar:

Se han juntado bastantes cosas en este lío. Y se me ha venido un recuerdo abyecto.
Vayamos por partes.
Uno-Cuando se ha hablado del problema de las policías en Melilla, la prensa las ha llamado 'las mujeres policías', anteponiendo el sexo a la profesión. Mal, porque si aplicamos la ley de la inversión, nunca habrían hablado de 'los hombres policías'. Habrían dicho directamente 'los policías'. La forma correcta era hablar de ellas diciendo 'las policías' o 'las agentes de policía'. Cualquier otra versión es profundamente sexista.
Dos- El cartel es un plagio de una obra anterior, que tendrá su autor, y al que seguramente no le han pedido permiso. El SUP se va a meter en un lío. O quizá se haya metido ya.
Tres- Un abrazo, piden un abrazo. Eso es lo que haría cualquiera de los agentes si su compañera agente está sometida a un acoso, pero un abrazo de quienes no son compañeros es difícil de entender. Si las atacadas no fueran las agentes, sino LOS agentes, ¿pedirían un abrazo? He vuelto a aplicar la norma de la inversión, de sexos, en este caso.
El recuerdo- Habíamos volado a Marrakech, a una reunión de la Red Mediterránea de Periodistas con Visión de Género. Fueron días intensos. Pasábamos tres compañeras el control de frontera del aeropuerto para salir de Marruecos. Estábamos absolutamente solas en una sala desierta. Había dos policías marroquíes. Ambas mujeres. Por alguna razón, decidieron que me sometían a un cacheo. La agente que me cacheó... Siento náuseas, vergüenza, indignación y pudor a partes iguales cuando lo recuerdo. Me cacheó, he dicho. Me siento como si fuera culpable. Bueno, superado el mal trago, lo cuento. Hizo lo siguiente: Me toco los pezones hacia afuera con los pulgares y puso la mano a modo de cuchara para tocarme el sexo. Nada más. Que lo sepáis, si vais a Marruecos, ocultad vuestros delitos lejos de esas zonas.

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