8 de enero de 2010

Traigo una cita para mondarse de risa

«Los periódicos de Vocento apuestan por la promoción de la mujer, son favorables a ciertas discriminaciones positivas que favorezcan su igualdad real con relación al varón y harán todo lo posible por evitar tanto los tópicos machistas como los deslices del lenguaje que menoscaban el prestigio de las mujeres, aunque sin incurrir en incorrecciones lingüísticas al uso que desfiguran las normas internas del lenguaje».

Libro de Estilo Vocento. Asturias, Trea, 2003, p. 26.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Hasta cuándo van a resultar admisibles las discriminaciones "positivas" "indiscriminadas", valga la paradoja? Por especificar un poco más, yo, varón, de cuarenta y tantos años, autónomo toda la vida, estudiante de la privada sin ayudas toda la vida, con igualatorio toda la vida, pagador de impuestos desde los 18 (trabajaba mientras estaba en la universidad), que trabajo en un sector mayoritariamente femenino, (mis tres principales clientes son empresas dirigidas, administradas y trabajadas exclusivamente por mujeres (salvo cuando subcontratan)), ¿cuándo voy a dejar de estar "negativamente" discriminado en lo que me toque? ¿Tendré derecho cuando me jubile a que alguien compute mis "no percepciones" y se me incremente marginalmente la pensión, o es que yo, y algún que otro hombre como yo, somos los que vamos a tener que pagar, todas juntas, las que hicieron nuestros padres y abuelos? Y que conste que no lo digo enfadado, sino con simple curiosidad, porque creo que esto de favorecer a unos en contra de otros, por una mera cuestión de sexo, sin tener en cuenta las peculiaridades individuales de cada persona, debería ser una etapa provisional, y breve, en nuestro camino a la igualdad. Porque si no lo es, algunos empezaremos a preguntarnos si hemos venido aquí a pagar por faltas ajenas.

momodice dijo...

Estás mezclando demasiadas cosas y el resultado es que no se te entiende.
Dices: "Favorecer a unos en contra de otros, por una mera cuestión de sexo, sin tener en cuenta las peculiaridades individuales de cada persona, debería ser una etapa provisional". No podría estas más de acuerdo. Añades: "Y breve".
Creo que te pierde la perspectiva. Es el hombre el que está "favorecido" por una mera cuestión de sexo, y lo está en todas las sociedades y a lo largo de la historia.
No vayas a exigir ahora a los movimientos igualitarios que logren a velocidad exprés la igualdad sobre una desigualdad perpetuada durante siglos. Bueno, puedes hacerlo, pero no se entenderá muy bien.
A discursos armados al modo en que tú lo haces se les ha puesto la etiqueta de 'posmachismo'.

Anónimo dijo...

Que se etiquete de "posmachismo" un discurso armado como el mío (en realidad no era un discurso, sino una mera pregunta) no denota sino ganas de obviar el fondo por parte de quien etiqueta. Supongo que en los albores del feminismo a sus promotoras las llamarían de todo, pero las que tenían razón eran ellas. Yo, por una parte, estoy harto de los que hablan de las feminazis (y mucho más del "todas putas" (con perdón) que empieza a estar de moda en ciertos círculos). Pero por la otra, entiendo que puede haber varones que empiezan a hartarse de ser negativamente discriminados, en una situación que, por lo menos para los que hemos superado la cuarentena, puede durar todo lo que nos queda de vida.

Y es que una cosa es pedir que se acepte de buen grado un sacrificio (injusto, en el plano personal) durante un periodo de tiempo. Y otro muy distinto, que ese sacrificio vaya a durar toda la vida de la persona afectada. Sin que medie alguna compensación, o cuando menos, algún reconocimiento. En cuanto a lo de "el hombre está favorecido por una mera cuestión de sexo", soy consciente de que es uno de los principios del feminismo de género, pero fuera de esa ideología, es un concepto sobre el que merecería la pena debatir, sobre todo si se va a emplear como principio inspirador del enfoque con el que se van a analizar o reglamentar las relaciones entre los hombres y las mujeres en la sociedad. Porque si el sistema va a dar por hecho, como principio incuestionable, que yo estoy privilegiado, y va a imponer mecanismos para corregir esa "desigualdad" original, tal vez la única postura inteligente por mi parte sea "privilegiarme", porque ya vendrán después con el ajuste.

momodice dijo...

Las interrogaciones pueden ser un recurso retórico para afirmar cosas.
No sé, chico, espero no estar obviando el fondo de otro asunto, pero interpreto un cierto victimismo en eso de que hay varones (¿por qué no hombres?) que empiezan a hartarse de ser negativamente discriminados.
No consigo ver nada concreto tras ese sacrificio que se pide al hombre y que le puede durar toda la vida, y mira que me he esforzado. Tampoco consigo ni atisbar qué clase de reconocimiento estás reivindicando.
Tu última frase tiene su aquel. Se habla de la profecía autocumplida. Bueno, allá cada cual. Yo creo que es muchísimo mejor ser buena persona independientemente de que alguien crea que tengo los mimbres para ser de otra forma. Si hiciéramos todo aquello que una panda de cenizos cree que haremos por el simple hecho de pertenecer a un colectivo determinado, las sociedades serían mucho peores, porque quienes las componemos nos someteríamos a los peores augurios.
No obstante, parece que tuvieras miedo a expresarte con más claridad, como si temieras que se te entendiera.

Anónimo dijo...

El sacrificio podría consistir, por ejemplo, en que a una mujer que se dedique a mi actividad le concedan unas ayudas a fondo perdido, para promover el espíritu emprendedor femenino, a las que yo no tengo acceso, por el simple hecho de ser hombre. Ayudas que le permitirán competir con ventaja contra mí.

El sacrificio consiste en que haya famosas escritoras que crean empresas en las que únicamente trabajan mujeres, consiguiendo con ello publicidad en los medios, mientras que ciertas empresas que publican anuncios "en masculino" son multadas.

El sacrificio, en mi caso, también pudo consistir en tener que malgastar un año haciendo el servicio militar, para que luego me digan que estoy privilegiado.

Y la lástima es que, sin que sepa muy bien cuál es el motivo, por internet no se puede tener un debate razonado, a lo que parece; seguramente se deberá a los encontronazos que puede promover el anonimato, o simplemente que al ver sólo letras en una pantalla, es fácil olvidarse de que al otro lado hay una persona, que aunque no coincida con tus ideas, intenta mantener un intercambio de opiniones respetuoso.

Por mi parte, ni tenía ni tengo miedo a expresarme, no creo que sea ni machista ni pre o post-machista, y el uso de la palabra varón no tenía ninguna motivación oculta. Como además dices que no se me entiende, o, lo que es levemente insidioso, si me permites decírtelo, que tengo miedo a que se me entienda, y, sinceramente, ni estoy acostumbrado ni me gusta que mis interlocutores duden de mis intenciones, por mi parte concluyo mis visitas a este blog.

momodice dijo...

Te contesto por si acaso vuelves, que ya me gustaría, porque aunque tú te hayas sentido molesto, yo estoy disfrutando de esta conversación y de los argumentos que planteas.
No he querido molestarte, y yo no me he sentido molesta en absoluto, más bien lo contrario.
Si se conceden ayudas a fondo perdido a mujeres emprendedoras es porque ése (y no sabemos cuál) es un mundo en el que la mujer está subrepresentada y se pretende subsanar esa circunstancia. Si la mujer no se ha introducido en ese sector, es porque de alguna forma es un mundo impermeable para ella y se pretende corregir esa desigualdad. No es un sacrifico que tú haces, sino una ayuda que no te está destinada porque perteneces a un colectivo (los hombres) que sí es emprendedor y lo es por razones históricas. Tú has tenido la ventaja de no ser el sexo minoritario en ese sector, es decir, de que no te miren como a un extraterrestre o te juzguen por cosas distintas a tu valía en ese negocio.
Si eres de esa edad en la que se hacía el servicio militar, sabrás que las mujeres hacíamos el servicio social, si no, ni podíamos sacar el carné de conducir ni obtener el pasaporte. Tú pudiste sacarte el carné antes de ir a la mili y si hubieras querido habrías tenido también el pasaporte. Si la mili te parece una desigualdad lesiva, las hay mucho mayores e incomprensibles en el caso de las mujeres. No es cosa de llorar por la mili cuando los hombres que nacieron en el 61, y objetaron y dieron la lata, no la hicieron.
De todas formas, un sacrificio es una acción que beneficia a alguien, en este caso, y por oposición, debería beneficiar a una mujer. ¿A quién beneficiaba la mili?
Y sí, es cierto que a veces tenemos temor a expresar nuestras ideas con nitidez. Si no es tu caso, me alegro y lamento haber pensado que esa era la razón de que no te explicaras muy abiertamente.
Y si has vuelto, bienvenido. Si, no, para quienes hayan seguido el debate silenciosamente.