17 de octubre de 2013

Un libro que se sigue leyendo después de acabado

Ayer, en la librería Tintas de Bilbao, presentamos la nueva novela de Willy Uribe, 'El último viaje del Omphalos'.

El Omphalos es un containero construido el 1953 y que navega bajo pabellón chipriota, es decir, de conveniencia. Es un candray, un barco cochambroso con más averías que aciertos. Nosotros nos lo encontramos en 1986, en ruta de Róterdam a Ciudad del Cabo. A la altura de Cabo Verde, se queda sin máquina y las corrientes y los vientos lo conducen sin oposición hacia la costa.
Cuentan que Zeus hizo volar dos águilas desde dos puntos muy lejanos de la tierra y que se cruzaron en Delfos. Allí hay una piedra que llaman Ónfalo y simboliza el centro del universo, su ombligo, su origen. El Omphalos de Willy no está en Grecia, sino en Guinea-Bisáu, fondeado cerca de una isla con forma de féretro.
La novela comienza con una introducción de dos páginas. En tres párrafos, sabemos dónde estamos, quiénes son los protagonistas y cuál es el problemón en que se encuentran. La literatura de Willy Uribe es adictiva: El lector pasa del "A ver cómo empieza el capítulo" a "Bueno, una página más"; después, "A ver cuánto falta para acabar el capítulo", "Bah, tres páginas. Me las leo". Y vuelta a empezar.
Otra característica es que el escritor no da pista alguna que permita adivinar el futuro. Podemos estar temiendo que suceda tal cosa, pero lo que sucederá será inevitablemente mucho peor.
El del Ómphalos es un mundo con muy pocos personajes, muy claustrofóbico, asfixiante, sudoroso, en el que huele más el hierro oxidado del buque que la salitre del mar. Es un mundo de miserias humanas, de violencia. Sus personajes son tan ciertos, tan reales, que representan las diferentes caras de la miseria. Ese ambiente de ficción, pero tan verosímil, es duro e intelectualmente muy perturbador.
Y si albergas la esperanza de que acabado el libro, al cerrarlo, volverás a la placidez de una vida normal y afortunadamente anodina, olvídate, porque la literatura de Uribe es adhesiva: Primero, se te pegan los dedos al libro sin que puedas dejarlo; después, la historia te envuelve. Es un libro que se sigue leyendo después de acabado.

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