23 de mayo de 2011

El comienzo de la igualdad

A pesar de que se publicó la semana pasada en El Correo (16 de mayo de 2011), puede tener interés.

En el comienzo real de la igualdad

Las mujeres conquistan más terreno en la política y la universidad que en las empresas

Si en abril de 1979 las alcaldesas vascas elegidas en aquellas primeras elecciones municipales de la democracia hubieran necesitado viajar juntas, les hubiera bastado un pequeño utilitario. Eran cuatro: la regidora de Elantxobe, en Vizcaya; la de Zizurkil, en Guipúzcoa; y las de Salvatierra y Moreda, en Álava. En los comicios de 2007, habrían necesitado ya un autobús. Son 11 alavesas, 18 vizcaínas y 22 guipuzcoanas. En total, 51 alcaldesas. La diferencia la marca la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres aprobada por el Parlamento vasco en 2005. Fue un texto pionero, aunque imperfecto, porque establecía que «al menos el 50%» de las personas llamadas a componer las listas electorales debían ser mujeres. Plazandreok, una organización feminista con arraigo en Guipúzcoa, había presentado diez años antes, en las municipales de 1995, una candidatura compuesta solo por mujeres. La encabezaba Juana Aranguren, abogada y feminista. Obtuvieron 2.287 votos en San Sebastián, el 2,41%.
La alegría de listas netamente femeninas no duró mucho. Según recuerda la propia Aranguren, que ahora repite como cabeza de lista, el PP recurrió a los tribunales y finalmente el Constitucional le dio la razón. Las listas debían estar compuestas en una relación de 60 a 40 por candidatos de los dos sexos. No se pueden componer listas de solo mujeres por la misma razón que tampoco puede hacerse de solo hombres: contraviene la Constitución. En abril ha fallado otro recurso del PP. El alto tribunal ha dado la razón a la ley andaluza dictaminando que las listas cremallera -aquellas que intercalan hombres y mujeres a partes iguales- buscan «la igualdad real». Aranguren cree que no se corregirá la mayoría de hombres en política sin dar más oportunidades a que las mujeres sean elegidas.
La realidad indica que tiene razón: si la ley vasca forzara a constituir candidaturas absolutamente paritarias, la relación de ediles de ambos sexos sería idéntica. Durante el mandato que concluye a todos los efectos el próximo domingo, han sido concejalas el 35%. Es decir, los partidos en su conjunto no colocan en los consistorios a ese 40% obligatorio de mujeres en posiciones de ser elegidas.
Mireia Espiau es la técnica de igualdad de Eudel, la Asociación de Municipios Vascos. Es una de las impulsoras de Berdinsarea, red que agrupa a 52 localidades con una decidida vocación por la igualdad y por «erradicar la violencia contra las mujeres». La razón de que los 199 ayuntamientos restantes no estén integrados tiene que ver con las condiciones que se exigen para participar: Les han llamado las cuatro 'pes'. Inicialmente, contar con un 'plan de igualdad', con 'personal' y con un 'presupuesto'. Después se añadió la 'participación de las mujeres'.
Berdinsarea tiene como misión «impulsar, fortalecer, coordinar y evaluar programas y servicios» partiendo de lo local. En los pueblos más pequeños, de condición rural, Eudel propone la colaboración comarcal o por cuadrillas, como en ciertas poblaciones de Álava. San Sebastián abrió en noviembre del año pasado la 'Casa de las mujeres'. En palabras de Laida Arrieta, una de sus empleadas, es un espacio de reflexión, encuentro y formación, que persigue el «empoderamiento» de sus destinatarias.
En opinión de Espiau, las resistencias a las políticas de igualdad se eliminan «cuando el trabajo se hace despacio y tanto las técnicas de igualdad como sus destinatarios manejan los mismos lenguajes». La experiencia le indica que se obtiene un respaldo mayor cuando esos destinatarios son precisamente los representantes de los partidos políticos.
Consejos de administración
Más allá de la política, otro espacio interesante para medir la presencia y la fuerza de la mujeres es la Universidad. La directora para la Igualdad en la UPV, Jasone Astola, considera un avance que la institución académica haya optado por un equipo de gobierno paritario a pesar de que no lo impone norma alguna. El de Iñaki Goirizelaia es el primero de composición igualitaria en los 30 años de existencia de la institución. Los principios que inspiran el acceso a la función pública han sido tradicionalmente el mérito y la capacidad. La universidad vasca ha añadido recientemente un tercero, la igualdad. «Este principio no es aplicable solamente a hombres y mujeres, sino a la igualdad en general. Ahora, hay que desarrollarlo», señala.
Teresa del Valle, catedrática emérita de Antropología, ha sido una testigo de excepción. Se incorporó a la Facultad de Zorroaga en 1979, un año antes de la creación de la UPV. Participó junto a entusiastas progresistas en el nacimiento de la Facultad de Antropología y en el establecimiento de lo que primero se llamó 'Estudios de la mujer' y ya durante los años noventa se transformó en 'Estudios de genero'. «La crítica feminista es interdisciplinar y las resistencias de ciertos investigadores se deben a la ignorancia, la falta de aprecio, o a que resulta incómoda», asegura esta pensadora. A la pregunta de por qué, Del Valle responde que «proporciona un marco teórico y metodológico para analizar realidades, descubrir desigualdades y proponer cambios».
Las estudiantes son hoy mayoría en las aulas universitarias. Sin embargo, eligen sobre todo las ciencias sociales y jurídicas, las experimentales y las de la salud. Los alumnos, en cambio, se imponen en las enseñanzas técnicas. Astola cree que la universidad no puede intervenir en esa realidad, que se fragua en la familia y durante los estudios primarios y secundarios.
Cuando se incorporan al mundo de la empresa, las emprendedoras pueden topar, según la empresaria María Victoria Cañas, con la incomprensión de las entidades bancarias. «Una mayor presencia de mujeres en sus consejos de administración ayudará a interpretar las necesidades de ese 50% de la ciudadanía», propone. Magdalena Múgica, presidenta de la Asociación Mujer Siglo XXI, asegura que no solamente son minoría en las cúpulas de las empresas: «Sucede igual en otras instancias, entre los trabajadores. Incluso en los sindicatos». El nombramiento de Nuria López de Guereñu como secretaria general de Confebask, la patronal vasca, ha roto algunos esquemas, sobre todo en el ámbito económico, donde están relegadas.
Cañas es propietaria de las bodegas Díez-Caballero. Se metió en el mundo del vino en 1979, el mismo año en que Teresa del Valle se estrenaba como docente en la universidad vasca y se celebraban las primeras municipales tras la dictadura. El mundo de la enología es masculino, pero en los últimos años algunas de las herederas de las viejas firmas se han hecho cargo de su gestión. «Las mujeres aportamos otros valores. Organolépticamente estamos más dotadas, percibimos mejor los olores y sabores, quizá por nuestro adiestramiento en la cocina. Además, mantenemos una mejor relación con clientes y distribuidores», afirma la empresaria. Magdalena Múgica coincide en que las mujeres imponen un nuevo estilo de dirección, más dialogante y empático.
Del Valle mantiene que la cultura define lo biológico, el sexo, con el propósito de establecer categorías de más o menos prestigio. La antropóloga considera que «falta mucho por conseguir. En situaciones de gran desventaja, la inercia no produce cambios a no ser que se establezcan elementos correctores». En opinión de la abogada Juana Aranguren, la igualdad se logra «con medidas legales». A pesar de que aparece recogida en el artículo 14 de la Constitución, aprobada en 1978, es aún hoy un objetivo. Jasone Astola distingue el marco legal y el plano de la realidad: «Ahora estamos en el comienzo real de la igualdad».

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