La defensora del lector de El País, Milagros Pérez Oliva, trae el tratamiento de la violencia de género en los medios.
Sé algo del tema y las imprecisiones de Pérez Oliva se me atragantan. En este caso el atragantamiento me parece peor porque hablamos de dolor y sufrimiento, y de muerte. Dice: "... un problema que en España les cuesta la vida a más de setenta mujeres cada año". Según datos del Ministerio de Igualdad, único organismo oficial para dar datos estadísticos al respecto, en 2003 fueron, y los siguientes años, 71, 72, 57, 68, 71, 76 y en lo que va de año han sido asesinadas 49, de modo que estadísticamente es improbable que superen los 60. Es decir, de los siete años de los que tenemos constancia, casi la mitad no han llegado a 70. No es necesario cargar las tintas con muertes que no deben ser catalogadas como violencia de género. Y no es necesario porque ya son bastantes.
Más adelante, cita el documento que la FAPE hizo público el 25 de noviembre, con motivo del día internacional de lucha contra la violencia de género. Puede leerse aquí. Antes ha citado otros del Colegio de Periodistas, el Consejo Audiovisual de Cataluña y el Consejo de la Información.
Yo puedo ponerme quisquillosa con las cifras, pero está bien, muy bien que estos temas se traten en los medios.
Por cierto, la FAPE es la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, y no de la Prensa, porque siempre preferimos hablar de personas más que de colectivos.
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2 comentarios:
Estaría bien que desde una perspectiva de género, alguien analizase lo que ha pasado con el joven falsamente acusado de violar, maltratar y asesinar a su hijastra.
A mí me sometieron a una especie de tercer grado en un ambulatorio cuando llevé a mi abuela política (enferma de alzehimer) con un tremendo golpe en la cara que se había dado ella por la noche al levantarse, pero que no era capaz de recordar cómo había sido.
Conseguir que las víctimas puedan denunciar sin pasar un mal rato adicional no puede hacerse a costa de dar por supuesta la culpabilidad de personas inocentes
Estoy completamente de acuerdo. He oído cosas semejantes en más ocasiones. Un amigo estuvo a punto de darle un puñetazo al de la ambulancia porque le manifestó la sospecha de que quizá él había tirado a su mujer en lugar de caerse ella. Los servicios médicos están obligados a detectar los casos de maltrato, pero deberían aprender a hacerlo.
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