Hace 7 años
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Sobre periodismo, periodistas y todo género de cosas. Aquí están proscritos el sexismo y la pena de muerte. La autora de este blog nunca ha aceptado ni aceptará pagos o regalos por publicar aquí.
4 comentarios:
Esta es la mejor campaña posible, como ya comenté en un antiguo post en el que hablabas de un juicio al que fuiste. Hablabas entonces de una madre que se había sacrificado manteniendo la convivencia con un energúmeno para que el hijo pudiese estudiar. No es sacrificio, es error. Es no quererse a una misma. No es encomiable, es una equivocación, tal vez mortal. Si os maltratan, denunciad. Sin dudar. Y, eso también, si hay denuncias falsas, que se paguen las consecuencias.
¿Se te ha olvidado firmar? Qué intriga.
No, simplemente no tengo firma registrada en ninguna cosa de esas que salen abajo.
Por otra parte, a todos nos gustan esas historias de gente que se mira en el autobús, se hablan en un bar sin conocer sus identidades... un ramito de violetas, antes de que amanezca, después de que anochezca...
y en cuanto tenemos un medio que nos permite hablar (educadamente) sin preocuparnos de nuestra identidad, lo primero que hacemos es solicitar firmas registradas, identidades, números...
Anónimos son cuantos no firman. De modo que es imposible distinguir a uno de otro. No es necesario registrar la firma, basta con usar siempre el mismo nombre. En un blog que sigo, uno firma siempre anónimo dos, aunque no haya un primero. Cuando lo veo, lo identifíco, aunque no tengo ni idea de quién es.
No obstante, todo esto carece de importancia.
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