La noticia nos llegó el sábado: Un vecino de Piedras Blancas mató a su mujer y se suicidó. La puedes leer aquí. Según el relato de los hechos, el marido, José Fernández, de 86 años, acuchilló a su esposa, Isabel Ortega, de 83, mientras dormía. Después, saltó de la azotea.
Es extraño que sepamos los nombres y apellidos de ambos, porque lo más habitual es que esa información no se dé ni se considere de interés recabarla.
El yerno de la pareja había acudido temprano al domicilio para echar una mano y se encontró el cadáver de su suegro en la calle. Ya habían llegado los servicios habituales. Cuando entraron en la casa, encontraron a la mujer muerta con heridas incisocontusas.
Los vecinos están pensando en clausurar el acceso a la azotea, porque hace tres meses otro vecino la había usado también para suicidarse. En este segundo caso, José se ayudó de una banqueta para izarse sobre la repisa. Es inevitable vincular los dos casos.
«Lo hizo por amor, no podía seguir viéndola sufrir», dijo el yerno y así lo recogieron los medios de comunicación. La pregunta es evidente: ¿Cómo un asesinato seguido de suicidio puede ser interpretado en clave de amor? La respuesta no es fácil, pero probablemente tenga que ver con historias de cine y literatura. Es un caso claro de violencia de género, de libro. Hombre que mata a su esposa y después se suicida.
El caso es que no ha sido el único que niega la mayor. Ha habido quien incluso ha asegurado que decir que es violencia de género es "no tener ni puñetera idea" (sic). Y ahí estaban los compañeros de los medios de comunicación para recoger sus palabras y darlas por buenas sin contrastar esa opinión con ninguna otra. Como si se tratara de una cuestión opinable.
Quien ha sido así de contundente es Laureano Caicoya, presidente de la Fundación Alzheimer Asturias y secretario de la Asociación de Familiares de Alzheimer en el Principado. La razón de que su opinión se haya recogido es que Isabel Ortega padecía desde hace 7 años esta enfermedad y era su marido, José, quien estaba al cargo de su cuidado.
Si he dejado este dato para el final es porque en mi opinión distrae mucho, muchísimo, de lo fundamental. Distrae tanto que hace que el yerno describa el asesinato como un caso de amor y que el presidente de la Fundación de enfermos de alzheimer descalifique a quienes lo interpretan como violencia de género. El Principado, sin embargo, ha salido al paso diciendo en un comunicado que "es la primera víctima de machismo en lo que va de año" en Asturias.
Los medios de comunicación no deberían frivolizar con el suicidio, el asesinato y la muerte. Matar no es un acto de amor ni cuando quien lo comete está profundamente desesperado o deprimido. La situación de los enfermos de alzheimer y de sus familias en Asturias será grave, pero no conviene intentar sacar partido de un asesinato, porque puede incitar a otros a seguir el mismo camino.
Es una enfermedad dura porque no da descanso. Los enfermos son grandes dependientes incapaces de afrontar tareas básicas por sí mismos. Los familiares quedan varados en esa desierta playa sin recuerdos que es la mente de quien la sufre. Y se necesita mucho aplomo y apoyo familiar para sobrellevar esa situación. Cuando quien se hace cargo del cuidado es una hija (como en la mayoría de los casos) cuenta con mayor juventud y, a veces, con el apoyo del entorno familiar.
Isabel y José eran ya ancianos y, como es lo normal en parejas de esas edades, probablemente, hasta su enfermedad, fue Isabel quien gobernó la casa y asumió el cuidado propio y de su marido. A los 80 años se hace duro aprender rutinas que nunca se han tenido, pasar de ser objeto pasivo de cuidados a ser el elemento activo y hacerse cargo de multitud de tareas cotidianas.
Y quienes tienen dudas deben preguntarse por qué suele ser él quien mata a la esposa dependiente, o al hijo dependiente, y después se suicida.
Hace 7 años
16 comentarios:
Anuncia su blog que no se toleran comportamientos sexistas y lo que ha escrito usted es sexista en estado puro. Parte de una hipótesis figurada y se permite explicar lo sucedido sin conocer de nada los hechos. Saca sus conclusiones, acusa y se queda tan ancha. Fabuloso lo suyo.
Le recomiendo la película Amor, de Michael Haneke.
Señor eltumbaollas: ¿Puede usted ser más concreto cuando dice que lo mío es sexismo en estado puro? ¿Podría decirme en qué parte está la hipótesis figurada y dónde están las acusaciones?
Digo, por tenerle en cuenta, por no pensar que viene usted aquí, deja su marca y a conquistar otros terrenos.
Atentamente.
Muchísimas gracias por su recomendación, benjamingrullo.
Precisamente pienso que el cine y la literatura no son precisamente el código moral a que agarrarse. Le recomiendo a usted la lectura de las leyes de nuestro país, en especial la Ley Integral de lucha contra la Violencia de Género de diciembre de 2004 y, con especial énfasis, la declaración univesal de los derechos humanos.
La verdad es que no se sostiene el hilado de argumentos que expones, se te olvida que no conoces la historia personal de ambos ni las circunstancias. No te adueñes de lo que es amor tan a la ligera y deja los topiquillos y la rotundidad de la muerte para los mayores.
¿No se sostiene? Lo único que he escrito de mi propia cosecha y puede no sostenerse es esta frase: "...como es lo normal en parejas de esas edades, probablemente, hasta su enfermedad, fue Isabel quien gobernó la casa y asumió el cuidado propio y de su marido". Es resto es lo que cuentan las noticias, que yo sí he leído, y quienes aterrizan en este blog parecen ni haber olido. Hay mucha gente a la que desafortunadamente le molesta y mucho que la terca realidad les estropee una buena historia.
No lo hacen por maldad, ni por intereses espurios. En este caso es tan bonita, es tan humana, es tan enternecedora la historia de que un ancianito de 86 años en un supremo acto de amor mata a su ancianita esposa y después se tira por el balcón de su edificio, que se les encoge el alma y se les vienen dos lagrimillas a los ojos y esa agua salada les impide ver la realidad. A esos románticos de pacotilla que se alimentan de crueles historias tomadas de los diarios les invito a que piensen si lo verían igual en caso de que el anciano fuera su padre y, sobre todo, que la asesinada fuera su madre.
A no ser que lo único que jode sea que, según una ley aprobada hace casi diez años, lo de Piedras Blancas es un asesinato juzgable bajo los parámetros de la ley de lucha contra la violencia de género. Aunque el asesino esté muerto.
Con todo respeto,
se lamenta usted de que los medios recogen una opinión “sin contrastar”; no sé cómo se puede contrastar una opinión de alguien, no sé si autorizada pero sí relacionada con el caso pues es del secretario de la asociación de familiares de Alzheimer y se lamenta usted de que los medios “frivolicen” con la noticia y que en su opinión no es algo “opinable” y para ello lo que hace usted es opinar sobre lo no opinable. Es opinable mientras se opine igual que usted sino, no es opinable. Es violencia de género y ya está y saber que mediaba una enfermedad “distrae muchísimo”. O sea que conocer la situación personal de estos ancianos “distrae” del objetivo de calificar el crimen como violencia de género que es lo que se busca.
“eran ya ancianos y, como es lo normal en parejas de esas edades, probablemente…” pura imaginación. Usted no sabe pero lo presupone por sexismo: ella gobierna, el disfruta de la vida. Él tiene que cuidar y “aprender rutinas”. Sí que les conoce bien y aun así se contradice al comentar que es el yerno (no hija ni nuera) el que acude a la vivienda a ayudar.
Parece mentira pero es verdad. En este país la gente sexista sigue alimentándose de los tópicos del "amor" que el sexismo y la misoginia han construido para solaz de terroristas sexistas que pueden truncar vidas con total tranquilidad de sus conciencias. La diferencia es que tenemos leyes que luchan contra y persiguen estas actitudes y estas conductas asesinas.
Amar, por si todavía no se han enterado, es respetar a la otra persona en su individualidad y construir futuros comunes en la libertad y la igualdad.
Amar a esta mujer hubiera sido proporcionarle una muerte digna si lo hubieran hablado en su momento ambas personas.
Amar no es proporcionar una muerte a cuchilladas. Esto se llama ensañamiento. ¡Que lástima que no conozcan el amor! y que triste que alguien pueda basar su código moral en los tópicos patriarcales de películas y literatura o en la misoginia de las religiones.
Con el mismo respeto. Contrastar es comprobar la veracidad y la exactitud y oponer esa opinión a otras. Y eso no solo se puede, sino que se debe hacer, porque si solo traemos una opinión, va a misa. Y no es opinable si es o no violencia de género porque es un marido que, según el yerno, ha matado a su esposa por amor y después se ha suicidado. Es decir, es exactamente lo que establece la ley como violencia de género.
La frivolidad viene de la ligereza con que se da por bueno que el hombre ha matado por amor. La distracción viene a cuenta de que si no hubiera enfermedad, si un hombre mata a su esposa, no hay duda alguna de que es violencia machista. Si en el caso hay una circunstancia tan penosa como la convivencia con el alzhéimer, se nubla la mente incluso de quien no sufre la enfermedad y se acaba por llamar amor a un asesinato. Que es lo que hace el yerno y recoge el periodista.
No es que yo busque calificar el crimen de violencia machista: Es el diagnóstico que hace el Principado de Asturias. Confío en que para usted esa institución elegida democráticamente no sea tan sospechosa como parezco serlo yo.
Y sí, la información dice que fue el yerno quien acudió a la vivienda. No lo digo yo, caballero, está recogido en las informaciones que usted parece no haber leído.
Y ahora, dígame, ¿qué es lo que le molesta a usted tanto? ¿Le molesta que yo me resista a quitar hierro al hecho de que un hombre ha acabado con la vida de su esposa, es decir, ha cometido un delito?, ¿le molesta que diga que es violencia de género?, ¿si solamente dijera que es un asesinato quedaría usted en paz?
Si fuera este último el caso, lleguemos ya a un acuerdo: Lo de Piedras Blancas es un asesinato y el asesinato es un delito. ¿Me dará usted la razón en estos dos puntos?
Y lean a Krmen Freixa cuando dice que las heridas incisocontusas tienen poco que ver con el amor y una muerte digna.
No veo como le puede parecer que no he leído la noticia, he leído la que enlaza usted y otras. Hablaba de la contradicción de afirmar que suelen ser las hijas las cuidadoras y en este caso el que acude a ayudar es el yerno. Me asombra, no me molesta, que se monte una ficción sobre la vida de personas que no conoce y al mismo tiempo critique la labor periodística de otros.
El hecho de que una institución haya sido elegida democráticamente no asegura que acierte. Los delitos, delitos son y los crímenes, crímenes son y estaremos de acuerdo en ello.
Si entendemos como violencia (mal llamada) de género aquella que se produce en base al sexo de la víctima, es decir es el sexo la causa, para calificar así este crimen hay que demostrarlo no darlo por hecho.
Quien cuidaba de su esposa era el marido. Y la inmensísima mayoría de personas que cuidan de otras son mujeres; normalmente esposa o hijas, a veces incluso nueras, en lugar del hijo. Según dice la noticia, el yerno acudió ese día. No explica si acudía a diario o si fue ese día porque le dio un aire, o cualquier otra razón.
Si negamos la mayor -el valor de una institución democrática- y si negamos una ley aprobada en un parlamento democrático, ¿qué nos queda, señor eltumbaollas? Siempre tendremos bacalao al pilpil, claro.
Y no le vendría mal leer y aprender un poquito de violencia machista, por lo menos, antes de empezar a discutirla. El sexo no es la causa, sino una sociedad patriarcal que hace de la mujer un objeto al servicio del hombre. La ley integral de lucha contra la violencia de género no se aplica a los malos tratos contra las mujeres por su sexo, sino contra las mujeres que tienen o han tenido relación de pareja con el victimario o maltratador. Este es el abecé que usted niega.
A mí me aburre reivindicar y explicar obviedades. A una edad, cada cual es no solo responsable, sino culpable de sus ignorancias. Así que, si le parece, mire usted el mundo a través de un texto tan sospechoso y tendencioso como la declaración universal de los derechos humanos y cuando tenga ante sus ojos esas gafas, si aún le quedan argumentos y ganas para venir aquí a rebatir, hágalo, y estaré encantada de dejarme enseñar por quien antes de discutir se ha molestado en aprender.
Y me va a perdonar, pero tengo la ropa en lejía.
Que disfrute de su sabiduría.
http://es.wikipedia.org/wiki/Violencia_de_g%C3%A9nero
Disfrute del artículo 1:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/lo1-2004.tp.html#a1
Y me va a perdonar, que tengo a los chiquillos alborotaos.
Ya he leido algun que otro comentario que intenta “encubrir” el 28 asesinato machista en lo que llevamos del año mediante consideracion “parantemente humanitarias”. ¡Llamemos a las cosas por su nombre!
Es comprensible el dolor del marido al ver a su esposa postrada en la cama y en fase terminar. Pero…¡nadie tiene derecho a arrogarse la autoridad de acabar con una vida humana sea cual fuere el motivo! Y asesinar –llamemos a las cosas por su nombre- a su esposa es…¡un crimen de violencia de genero!
No logro estar de acuerdo con algunos comentarios no veo nada malo en tu articulo y mucho menos sexista,por el contrario me ha gustado conocer tan buen blog. Saludos.
Publicar un comentario