Telecinco emite antes del informativo de las 15:00 un programa que simula un
juicio. Se plantea un caso de discordancia entre dos personas, actúan dos
personajes que simulan ser los abogados de las dos partes y finalmente el que
hace de juez emite un veredicto. Suelen ser casos de mediación por
desencuentros en el vecindario, en el trabajo, en la pareja, la familia... El
público interviene dando sus opiniones a voces. Unos a favor, otros en contra,
o a favor de la otra parte.
El de este lunes fue un caso de susto. Sinopsis: Él es un padre, con
formación, de familia a acomodada y unos cincuentaipocos. De su identidad,
sabemos que se llama Juan y dice ser padre de Vanesa (afortunadamente, con una
sola ese). Ella vive en la casa paterna, tiene 18 años, estudia primero de Derecho
y ha elegido una camisa blanca transparente que deja entrever un sujetador
negro. No es baladí: se dedica a la prostitución.
Eso sí, tiene contrato, Seguridad Social y buenos clientes. En menos de un
año, ha ahorrado 20.000€, y eso que se ha gastado una parte en bolsos y ropa de
marca. De hecho, una compañera de su clase vestía caro y le preguntó cómo lo
hacía. Y de su mano se fue al prostíbulo, que en esa Facultad de Derecho llaman
'agencia'.
Entre el público había quien culpaba al padre y creía en la libertad de la
hija para ejercer de pastelera, maestra o puta, y quien daba la razón al padre
y consideraba a la chiquilla una caprichosa.
El conflicto había desembocado en el divorcio de los padres, pero Vanesa
hace lo que hace para “abrir su despacho cuando acabe la carrera”.
Unos amigos del padre le habían ofrecido trabajo en una tienda –“El horario
es incompatible con la asistencia a clase” – y en un bufete –“Ganaba poco” (está
en primero de carrera)–.
Todo eso de 14:30 a 15:00. Instruyendo, oye, sobre cómo salir del paro.
Me sorprendió que nadie aludiera a si cuando sea abogada usará el mismo
procedimiento para obtener sentencias o acuerdos favorables a sus defendidos.
El juez dio su veredicto: Vanesa es mayor de edad y, como en España no está
prohibida la prostitución, puede ejercerla. Vanesa pone gesto de satisfacción.
Siguió el juez: Eso sí, su padre está en su derecho de echarla de casa.
En ese momento, se le desvaneció la satisfacción.
Si tiene que pagar una vivienda de la calidad de la de su padre, las
chachas, comprar comida y prepararla, planchar su ropa de marca, quizá ya no
pueda ahorrar esos 20.000€. Quizá.
Puedes ver la joya pinchando aquí.
Hace 7 años
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