Estaba yo sola en la cocina, con ella, con mamá.
Estaba en la parte de la mesa (roja, de formica) en la que hacía los deberes. El armario, a mi espalda. Mamá, enfrente, en los fogones o la fregadera. Probablemente, ella estaba en saya, en combinación. Blanca.
A una de éstas, suelta una carcajada, de aquellas que eran pura alegría, que le iluminaban los ojos; una carcajada elegante como las suyas, porque mamá era pura elegancia.
Le pregunto:
-Mamá, ¿por qué te ríes?
-Porque cada vez que te llevas el cubierto a la boca dices 'Hummmmmmm'.
Era coliflor con besamel al horno.
Hace 7 años
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