A veces leo viejas revistas. Tiene una ventaja: se distingue con precisión lo efímero. Lo interesante no tiene fecha de caducidad.
Llego a un reportaje sobre cáncer de mama en hombres. Es un texto de Fernando Goitia. Cinco hombres a los que les han extirpado un pecho hablan de su experiencia, de lo desconocida que era para ellos la enfermedad, de la sorpresa de descubrirse un bulto y del susto de un diagnóstico que creían solo posible en mujeres. Bonito reportaje. Uno de ellos dice:
Me quedo un rato ahí, colgada de ese sumario con las puntas de los dedos, a punto de caer a algún lugar, imposibilitada para pasar página.
Se me vienen a la cabeza todas esas denuncias de diagnósticos mal hechos porque durante años los médicos no han alcanzado a comprender que quizá los síntomas en mujeres y hombres eran distintos, que la posología de ciertos medicamentes es incorrecta en mujeres porque los hombres, como norma general, son de mayor tamaño que ellas....
Uno de estos hombres mastectomizado se muestra quejoso porque, cuando se enteró de que sufría cáncer de mama, una de las preguntas del formulario que debía rellenar era sobre un posible embarazo. "Ni siquiera el sistema se entera de que nosotros también sufrimos cáncer de mama", se dice.
La queja de que el sistema no se entera se me hace muy familiar. Lo extraordinario es que quien la formule sea un hombre. Estamos las mujeres tan acostumbradas a que se nos presenten a la firma textos diseñados para hombres...
Vuelvo a lo desvalido que ese hombre enfermo se siente porque el formulario está diseñado para mujeres.
A ver si van a tener razón las feministas y lo que no se nombra no existe.
Hace 7 años
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