Te propongo practicar un periodismo a ciegas. Yo te escribo el pie de foto y tú imaginas la escena.
"Cerca de 200 accionistas participaron en la asamblea".
Accionista es una palabra de género común, es decir, se
refiere a ambos géneros, masculino y femenino. Confiesa, has imaginado a
200 accionistas, pero hombres. Sin embargo, fíjate qué diferente si el
pie de foto te lo hubieran leído: "Cerca de doscientAs accionistas
participaron…".
"Rodríguez y Fernández son pianistas de elite".
¿Qué has imaginado? ¿Un hombre y una mujer? ¿Dos hombres? ¿Dos mujeres?
Si tú has puesto sexo a esos nombres, ha sido sobre tus referentes.
Si nos planteáramos elaborar listados de profesionales de distintas
disciplinas, dependiendo del área, incluiríamos una docena de hombres
antes de pensar en una mujer. Es más, en ciertas tareas, nos costaría
encontrar actoras. Esa es una de las razones por las cuales, cuando
vemos los programas de conferenciantes en ciertos eventos, los ponentes
son en su mayoría, cuando no en su totalidad, hombres. Contar con
mujeres indica una vocación de igualdad y cuesta un esfuerzo, porque la
inercia tiende a la repetición. Pero quienes cultivamos ese anhelo de
igualdad entre los seres humanos, somos personas dispuestas a dedicar un
tiempo a buscar entre las minorías o entre quienes participan del
conocimiento, pero no del reconocimiento.
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