“Las experiencias ajenas me dicen que casi nunca es bueno que un periodista tenga consideraciones empresariales de índole general en la cabeza a la hora de desarrollar su trabajo. Por eso comienzo circunscribiendo dicha participación a la esfera que tiene que ver con el contenido del periódico, descartando de plano su presencia en las relacionadas con su rentabilidad. En segundo lugar, −y aunque me parece conveniente que la redacción tenga sus representantes, democráticamente elegidos, en los órganos encargados de fijar la línea editorial del periódico−, considero que dicha participación no debe instrumentarse fundamentalmente como un flujo desde la base hacia la cúspide, sino a la inversa”.
Ramírez, Pedro J. Prensa y libertad. Unión editorial, Madrid, 2006. Pág. 84
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