Anoche, nos juntamos en La Venta algunas de las personas que en los últimos años con mayor o menor periodicidad hemos frecuentado el Taller de escritura de Ramiro Pinilla. El pasado 13 de septiembre, Ramiro cumplió 90 años y nos pareció una buena razón para juntarnos, además en un lugar tan emblemático en su literatura como La Venta.
El menú consistió en una ensalada con anchoas marinadas, arroz cremoso de hongos, lubina a la parrilla con patata panadera, carrilleras al vino tinto y pantxineta. El vino era de La Rioja alavesa.
Me extrañó que Ramiro bebiera agua en lugar de Coca-Cola. "Me operaron de cataratas la semana pasada y, al ver de qué color es, no me ha gustado". No obstante, cuando llegó el momento de las copas, él se pidió una, una coca.
Hace unos años, con motivo de no sé yo qué, pensamos en hacerle un homenaje. Se negó en redondo y solo cedió a la propuesta de poner una placa en la playa de Arrigunaga, entre las rocas, allá donde llega la marea: "Aquí empezó todo, según Pinilla".
Ayer se la dimos y cuando María Bengoa le presionó para que pronunciara una palabras, vino a decir que le había merecido la pena cumplir 90 años solo para llegar a esa cena. Y bastante que dijo algo.
Luego nos fuimos al bar de Mati, que ahora se llama Enea. Allí tomó otra coca, esta vez, ya sin tapujos, directamente de la botella, "porque sabe mejor".
Para mí fue una grata velada, al lado de gente con muy buen rollo, dispuesta a pasárselo bien.
Ramiro puso el punto final a las 3 de la madrugada. Un poco más y, a sus 90, nos tumba a todos. Al salir, nos dijo:"Cuando vosotros cumpláis 90 años, me avisáis para que venga".
La foto nos la hizo el camarero de La Venta. No me sé los apellidos de todos.
Sentados: Jimena Larroque, Mónica Crespo, Ramiro, Biktor Abad, yo, Edgar.
De pie: Paula, Gonzalo Iribarnegaray, Margarita Bravo, Estíbaliz, Félix, María Bengoa, Soledad, Andrea Alfaro, Íñigo Larroque, Ohiana, Julen Echevarria, Jon Bilbao, Carlos.
Hace 7 años
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