Este sábado, 'La
Razón' publicaba un reportaje
con el titular que ves en la imagen. En la fotografía, aparece el hombre que se
siente maltratado, quien, como que no quiere la cosa, se ha ido a la playa con
la foto de su excompañera. Esa a la que acusa de maltratarlo.
Quizá sean ciertas las acusaciones. No puedo entrar en ello porque no
conozco el caso y porque la justicia sigue sus derroteros.Pero sí puedo entrar a diseccionar si la información está todo lo bien tratada que un tema tan delicado exige. Y es delicado porque las mujeres maltratadas son muchas y no es raro que primero las maltraten sus parejas y después la justicia y sus resortes.
Y para encarar el problema con rigor, para comenzar un reportaje sobre un problema grave y de calado, la periodista elige lo siguiente: "Admitidas a trámite demandas por «tirarse» una ventosidad ante su mujer, por amenazas telepáticas o por mojarla con la «alcachofa» de la ducha" (sic).
Podía haber hablado de las 43 mujeres asesinadas en lo que va de año por sus parejas o exparejas, pero ella prefiere hablar de pedos y chaparrones caseros. Para contextualizar con rigor y seriedad.
A partir de ahí, ofrece la tribuna a un hombre que, según sentencia, ha sufrido persecución y maltrato por parte de su expareja. Se le olvida a la periodista dar los datos para dimensionar el problema, para que quien lee se haga una idea cabal de si sucede mucho, poco o casi nada y, sobre todo, qué porcentaje supone ese delito al lado del de mujeres maltratadas por hombres o de denuncias falsas.
Como fuente experta, recurre al exjuez Francisco Serrano, que es ex y no juez tras haber sido inhabilitado por dictar una sentencia que sabía injusta. Ese exjuez presentó ayer un libro titulado 'La dictadura de género' y ha hecho de su vida una misión, la de demostrar al mundo que las feministas son un lobby interesado en imponer su dictadura de género.
Es curioso, porque ni en el más febril de los escenarios puede considerarse que la mujer impone sus condiciones y relega a los hombres a una situación de desigualdad desfavorable para ellos.
Hay una cosa que me llama la atención: si Antonio Herrera se ha liberado de la tiranía de su expareja, si ha logrado una sentencia contra ella, ¿por qué ese interés en que se sepa quién es ella, por qué ese interés en mostrar su imagen en una fotografía? Yo la he borrado porque, si ha sido condenada, ya ha recibido el castigo que la ley prevé para esos casos.
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